Mesa 26. Los sentidos del trabajo. Subjetividad, trayectorias e identidades en el mundo

La privada identidad a partir del llamado “Capital Humano”.

  • MARIATTI, Alejandro. (Universidad de la República, Uruguay, Facultad de Ciencias Sociales)
Resumen

Medir la capacidad o las competencias de las y los trabajadores en el capitalismo, para algunos pensadores de finales del siglo XIX, era un problema a resolver. El paradigma del “capital humano”, será la mediación para una explicación individual del éxito o el fracaso en el mercado de empleo. Según Domínguez Uga (2004), organismos internacionales como el Banco Mundial, promovieron y promueven este relato donde la clave del éxito o el enfoque para atender y resolver la pobreza, es la ampliación del “capital humano”, porque de ese modo, mejorarían las oportunidades y el desempeño individual en el mercado de trabajo. Este enfoque individualizante está en sintonía con las reflexiones de la Dama de Hierro que pensaba que "No hay tal cosa como la sociedad. Hay individuos". El mercado, será para este paradigma, representante de la justicia, donde “individuos” con intereses “privados”, establecen contratos mercantiles. El mundo del trabajo convoca cada vez más a trabajadores/as autónomos/as, unipersonales, inversores/as de sí mismo en “capital humano”. Las y los trabajadores, habiendo sido despojados de todo, lo único que tienen para vender, es su “capital humano”. Se piensa a las/os trabajadores y a las/os desempleados, como inversores-emprendedores, con ahorros previsionales privados y sin sindicato. Su costo es la inversión en su propio “capital humano” y de ese modo, devienen en responsables de sus desgracias y sus éxitos. Este paradigma (“capital humano”) gana protagonismo en el siglo XXI, con el ejemplo de Argentina y la reciente creación de un Ministerio de Capital Humano, portando este enfoque ultra individualizante. Este nuevo Ministerio del “CH”, ejemplifica el espíritu del capitalismo de nuestra época, como promotor de la “ideología que justifica el compromiso que los sujetos tienen con el capitalismo” (Zangaro, 2011, p. 21). La promoción a los sujetos para que inviertan en “su capital humano”, será el fundamento que sostiene las actividades de este tipo de instituciones, coherente con la individualización del/la trabajador/a, la flexibilización del trabajo y el derrumbe de la responsabilidad colectiva. La promoción del “self emprendedor” (Bröckling, 2015) por medio de la “activación” será clave. El sujeto es llamado a ser protagonista individual, cuando todo escapa de su control.