Elipsis de la ciudad: Paco Urondo, Salim Miguel y la literatura comprometida
- Kremer, Natan Schmitz (UFSC) Licenciado y Mestre en Sociología por la Universidade Federal de Santa Catarina, Florianópolis, Brasil. Alumno del Doctorado interdisciplinario en Humanidades de la misma institución.
Entre 1948 y 1957 se publicó en Florianópolis la Revista Sul, que buscaba presentar a la ciudad una estética de vanguardia. A lo largo de los años el impreso se fue agrandando y, en ello, pasaran a publicar autores de otros países, con destaque a variados escritores argentinos. Uno de ellos fue Paco Urondo, que dio a ver en el impreso de Florianópolis tres poemas de su libro de estreno, Historia Antigua, de 1956. Si nos volteamos a los cuentos de Urondo publicados en Todo eso, de 1966, su primer volumen de prosas, es notable una atracción a los cuentos de Salim Miguel, director del periódico, publicados en el compilado Alguma gente: histórias, de 1953. Específicamente en los cuentos Barbicha, de Miguel, y Amore mio santo, de Urondo (aunque publicado en los 1960, fue escrito en la década anterior), es notable un trazo que los pega al espirito de los 1950: la literatura comprometida sartreana, sobre todo la que leen en el teatro del existencialista. La reclusión es lo central en la construcción del espacio como situación en la cual podría el ser buscar su libertad, y, para tanto, se nota ya en Sartre una elipsis de la ciudad. Es a partir de tal elipsis que Salim Miguel y Paco Urondo constituyen sus cuentos, que tienen como tema la exposición de las contradicciones de la moral burguesa. Hay en el concepto de libertad de Sartre, a su vez, un contenido liberal, y su crítica fue formulada por Theodor W. Adorno en Dialéctica negativa. A partir de una crítica inmanente que encuentra en Walter Benjamin impulso metodológico, la ponencia busca leer a los cuentos a partir, entonces, de una doble pregunta: como se materializa en estas prosas las apuestas sartreanas y como se elaboran, a la vez, la recusa de tales presupuestos. Se concluye que mismo que tomen el compromiso sartreano como tesis, hay en eses cuentos la presentación de una antítesis: Salim construye su reclusión en dependencia de la ciudad, apuntando antes a la dialéctica entre lo público y lo privado que a la situación en la cual debería el ser hacerse libre; Urondo se desplaza de la enunciación en el tiempo presente, abdicando del postulado fenomenológico de la libertad al recurrir al pasado y al futuro como temporalidad de la prosa. La potencia de esas estéticas es, por lo tanto, la de, al partir de un postulado europeo, marcar los limites, en la periferia, de estos mismos postulados.