El 15 de febrero de 1971, un hecho de singular importancia y real trascendencia, sin antecedentes históricos, generó el interés de todos los argentinos al tiempo que centró la geográfica mirada de país en las islas Malvinas. Hacia allí se dirigieron, desde Tandil, los aviones Grumman Albatros de la Fuerza Aérea Argentina. Se concretó de esta manera el primer enlace oficial argentino con los pobladores de las islas. Estos vuelos iniciaron una comunicación con las Malvinas que tenían como finalidad la asistencia humanitaria, el acercamiento hacia los isleños, ganarse la confianza de los mismos y lograr, a mediano o largo plazo, una solución negociada al problema de la soberanía.
Los vuelos iniciados desde 1971 señalaron el camino que la Argentina debía seguir para el tratamiento de la Cuestión de las Malvinas, complementándose con los antecedentes forjados durante la década del 60 y que tan buenos resultados le habían reportado a nuestro país.
Pero esa primera comunicación de febrero de 1971 no es recordada como se merece y que se trató del primer acercamiento argentino en forma directa a sus islas usurpadas.
El trabajo tiene como objetivo describir la situación generada por un pedido humanitario de Gran Bretaña hacia nuestro para socorrer a un isleño gravemente enfermo y que solo podía ser atendido en el sector continental argentino. También demostrar que esa primera comunicación unió al continente con las Islas desde la ciudad de Tandil. Desde esa localidad de la provincia de Buenos Aires se inició el viaje y Comodoro Rivadavia fue solo una escala para llegar a destino.
El trabajo busca responder a los motivos que llevaron a Gran Bretaña a solicitar la cooperación argentina cuando esto nunca había ocurrido; el desarrollo del trabajo muestra también cual fue la actitud que tomaron, por un lado, los habitantes de las islas y cuál la que tomaron las autoridades del ilegítimo gobierno británico; se hace referencia a la manera en que nuestro país tomó el caso y de qué manera se hizo cargo de la situación generada por la solicitud de Gran Bretaña.
Para llevar adelante el estudio de caso se recurrió al escaso material bibliográfico existente y fundamentalmente a las crónicas periodísticas de la época. En ese sentido, los diarios de las ciudades de Tandil y Comodoro Rivadavia fueron centrales en la información obtenida. Familiares de la primera tripulación que pisó las Islas también constituyeron una ayuda en material documental y fotográfica importante, lo mismo que los registros de la VI Brigada Aérea de Tandil.
La investigación permitió conocer los pormenores del viaje y sus resultados posteriores, ya sea desde su preparación hasta el regreso y la atención hospitalaria que recibió el isleño trasladado hacia Buenos Aires y el posterior Acuerdo de Comunicaciones.