De victimario a víctima: la cultura de la cancelación en la resolución de conflictos
- Litichever, Lucía (FLACSO, UNIPE)
En la escuela como en todo espacio de encuentro el conflicto emerge en tanto inherente a toda relación social. Los conflictos y la forma en que son resueltos constituyen aspectos cruciales en la conformación de la convivencia escolar. Asimismo, las disputas y su tratamiento son centrales en la socialización política de los jóvenes. En este proceso dinámico, complejo y situado, el conflicto es reconocido como un factor integrador, ya que es una forma de socialización necesaria (Simmel, 2010). Esta socialización es pensada como creadora de comunidad; el conflicto, en tanto relación, es identificado como elemento constitutivo de la cohesión social, contra todo pensamiento de sentido común que lo ubica como un elemento de resquebrajamiento (Litichever y Fridman, 2021). Resulta una forma de socialización e integración porque resguarda de la separación, y se distingue de la indiferencia. Que emerja el conflicto posibilita una resolución de la tensión entre contrarios. (Simmel, 2010). A la vez, la forma en la que se tramitan y resuelven los conflictos contribuye a la conformación del espacio común.
En el ámbito escolar, los conflictos ponen de manifiesto diferencias de variada índole, que expresan la tensión propia de un espacio social donde interactúan personas con roles, trayectorias, necesidades, contextos y culturas disímiles (Siede, 2007). Tal como lo señala Micó (2013), la vida cotidiana en la escuela es el espacio y el tiempo en el que los actores institucionales despliegan el difícil trabajo de vivir con otros, de acordar con otros, de reconocer a los otros. En este mismo sentido, Paulín señala que la escuela impone un espacio de “convivencia obligada” entre jóvenes que puede compartir o no “procedencia social, elecciones sexuales, referencias barriales y adhesiones estéticas culturales” (2019 p.248) y que esto conforma un contexto de incertidumbre que instala la necesidad de aprender a convivir con otros, situación que no necesariamente es armónica. Dicha complejidad social presenta múltiples conflictos en las interacciones diarias.
En la presente ponencia proponemos indagar las formas que toman los conflictos en las escuelas secundarias para pensar cómo los distintos abordajes abonan en formas de resolución diferentes y posicionamientos subjetivos distintos. A la vez, las distintas estrategias de resolución tiene consecuencias en la conformación ciudadana de las y los estudiantes. La exploración se lleva adelante a través de entrevistas a estudiantes de escuelas secundarias de la Ciudad de Buenos Aires.
Identificamos que los distintos modos de enfrentar las situaciones conflictivas ubican a los y las estudiantes en distintas posiciones, en ocasiones, aquellos que han transgredido terminan padeciendo el escaño público lo que los mueve de su lugar transgresor ubicándolos como víctimas. Esta situación corre el eje del conflicto generando uno nuevo y, en muchas ocasiones, quitándole importancia al conflicto original.